Uno de esos días en que reflexionar se vuelve la mejor distracción, me pregunté con qué palabras sencillas podría tejer el camino de una vida con sentido. Para mi sorpresa, todas empezaban por C.

Camino

Me gusta pensar que la vida es eso: un camino. No son hechos aislados. En ese camino hay paisajes maravillosos y también obstáculos. Y esos obstáculos no son castigos ni mala suerte: son parte del trayecto que te corresponde recorrer. Cada vez que superas uno, adquieres herramientas que te permiten avanzar con más seguridad. Porque el reto no es detenerse, sino seguir.

Solo puedes caminar desde donde estás. Puedes anhelar el camino de otro, pero tarde o temprano descubrirás que el único camino posible es el tuyo. Mirar el sendero ajeno suele generar ansiedad, comparación y emociones que te roban la energía necesaria para avanzar.

Consciencia

La consciencia es esa capacidad de darte cuenta de cómo estás caminando. ¿Qué llevas en tu morral personal? ¿Desde qué mapa estás guiando tu vida? ¿Desde el deber, desde el miedo, desde el amor? La consciencia te permite ajustar el rumbo, disfrutar, aprender y avanzar. Darte cuenta de que avanzar es una decisión personal, indelegable.

Compromiso

Es declarar con claridad lo que eliges ser y hacer para avanzar. Es asumir el timón de tu vida. Los compromisos más importantes no son los que haces hacia afuera, sino los que haces contigo: cómo quieres actuar, responder, vivir. Eso les da sentido y dirección a tus logros.

Cumplir

Esta palabra me transformó durante la pandemia. En un mundo detenido, cumplir me permitió experimentar emociones positivas desde adentro, no desde lo externo. Me ancló al presente. Me enseñó a construir mi vida desde pequeños logros.

Cumplir fue mi medida de éxito cuando nadie me estaba evaluando. Ya no desde el juicio ni desde la perfección, sino desde la excelencia: hacer lo mejor que puedo con lo que tengo y soy en el momento presente. Me fortaleció la autoestima, porque me enseñó a confiar en mí, no por deseo, sino por evidencia.

Te invito a hacer de esta palabra una guía. Cada noche, pregúntate: ¿Qué cumplí hoy? Y cuando lo que haces nace de compromisos conscientes, tu desempeño refleja amor propio. Porque cumplir no es responder a las exigencias externas, sino honrar tu decisión interna.

¿Quieres practicar cumplir? Haz una lista de pendientes. Divídelos en pequeños objetivos alcanzables. Y reflexiona cada día. ¡Qué gran regalo es cerrar la jornada con la sensación de haber logrado algo! Eso genera emociones positivas, fortalece la autoestima y motiva a seguir.

Completar

Descubrí esta palabra enseñando ética. Completar tiene que ver con integridad. Un objeto está íntegro cuando no le falta nada. Una persona, también.

Una persona íntegra:

  • Demuestra los mismos valores en cualquier rol que asuma.
  • No tiene fugas de energía emocional por temas inconclusos: duelos sin cerrar, resentimientos no resueltos, conversaciones pendientes.
  • No deja trabajos sabiendo que algo quedó a medias.

Completar es cerrar. Es no dejar cabos sueltos. Es poder decir: “hice lo que me correspondía, cumplí”. Y esa sensación libera energía para continuar.

Para cerrar…

Existen otras palabras con C que pueden nutrir o envenenar tu camino.

Alimentan la vida: cultivar comprensión, cuidado, compañía, concentración, coherencia, consistencia y coraje… para construir calma.

Envenenan la vida: crítica, culpa, castigo, comparación.

Te invito a reflexionar cuáles de estas palabras quisieras que guían tu vida a partir de hoy… elígelas con consciencia y compromiso

¡Hasta pronto!

MARTA OLGA

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