La paz interna no se logra ganando la guerra externa

¿Tienes, o mejor, vives relaciones personales en las que sientes que te invalidan, te agreden con pensamientos, gestos o palabras?
¿Relaciones en las que tu deseo más profundo es ganarle al otro, no dejarte, hacerte respetar, o incluso desaparecerlo de tu vida?

Quizás no te sientas en guerra, pero estás viviendo estados emocionales de guerra.


Y cuando lo más importante se vuelve ganar la guerra, ¿qué ser crees que se refuerza?

Te invito a mirar la vida de otra manera. No para afirmar una verdad, sino para abrir posibilidades.

Sobre todo, a permitirte observar no desde la lógica ni el concepto, sino desde tu propia evidencia personal.

La guerra invisible

La guerra de la que quiero hablar es la que se libra en las relaciones personales, donde prima la ley del más fuerte. Esa que nace de la incomprensión, del irrespeto, de la agresividad que busca desaparecer al otro. Donde es imposible encontrar puntos de vista comunes y donde la verdad de una de las partes polariza y divide.

Es una realidad humana con dos lados: el que ataca y el que se defiende.  Y cuando “ganar” significa someter o desaparecer al otro…
¿qué impacto emocional deja ese final?

Pilares para transformar y ganar consciencia

1. Te haces con lo que haces

El producto más importante de tus actos es el ser que construyes con ellos. Si mientes, te haces mentiroso. Si agredes, te haces violento.
No inicies la tendencia que no quieres padecer.

2. No practiques lo que no quieres reforzar

Cada vez que aprendes algo, atraes experiencias para usarlo.  Si usas la violencia para ganar, te haces violento, y sin darte cuenta eliges vivir en entornos violentos. Tus actos son la semilla de tu realidad.

3. Enseñas con tus actos, no con tus sermones

La evidencia de los actos no necesita explicación. Si lo haces, es porque te sirve, porque eliges ser así.  La coherencia se lee en la práctica.

Por eso: no enseñes lo que no quieres que los otros practiquen contigo.
No puedes exigir lo que no practicas.

4. Tus actos hablan de ti, no del otro

De uno sale lo que tiene por dentro. Tus actos se originan en ti, no en lo que el otro es o hace.  Cuentas con el poder más grande que la vida te dio: la capacidad de elegir siempre cómo responder.  Si tus actos los define la reacción ante el otro, entregaste el control de ti.
¿Para qué?

Ganar la paz interna

Solo ganas la guerra interna cuando decides SER y actuar como un ser de paz.  Cuando no entregas tus actos a la reactividad. Cuando eliges responder con consciencia y no desde las emociones negativas.  Un ser consciente se hace cargo de no reproducir la violencia, para que esta no se convierta en la materia prima de su propio ser.

Te invito a ser más fuerte que la violencia.  A usar la consciencia como el arma más poderosa para construir entornos de paz.  A hacerte cargo de ti.

Recuerda:  el ser que refuerces en ti te acompañará toda la vida.

La práctica

  • Observa tus reacciones antes de responder.
  • Respira antes de actuar.
  • Pregúntate: ¿esto que voy a hacer refuerza mi paz o mi guerra?

Hasta pronto,

MARTA OLGA