Es mucho lo que se ha escrito sobre liderazgo, así que no pretendo decirte algo nuevo que desarrolle tus competencias de liderazgo. Lo que realmente puede aportar valor en este momento es invitarte a reflexionar para ser consciente desde que información y creencias construyes tu ser de líder y comprender qué impacto han tenido tus referentes de autoridad y afecto en el líder que eres hoy.
Preguntas para recorrer el camino de introspección:
¿Quieres ser líder? ¿POR QUÉ?
El “por qué” remite a una fuerza que viene del pasado, es descubrir que te impulsa a querer liderar. Para responder es conveniente revisar que lideres han pasado por tu vida que te hayan marcado. ¿Que los hacía o hace lideres? ¿Qué admiras o envidias de ellos? ¿La manera como hablan, lo que generan en una plaza pública, su criterio, su poder, su posición social, la plata que ganan o tienen, su inteligencia, su creatividad, su aporte y/o la huella humana que representan?
Puedes responder usando algunos ejemplos: Pablo Escobar, Hitler, Gandi, Steve Jobs, Uribe, Mandela, Trump, La madre Teresa de Calcula, tu papá o mamá…
¿PARA QUÉ quieres ser Líder?
El “para qué” hace alusión a lo que quieres lograr en el futuro. Lo que le da sentido a tu hacer diario. El logro o aporte que esperas con ese cargo, rol o manera de ser. Te reta a descubrir la coherencia entre lo qué te mueve a ser líder y a qué estás dispuesto.
En este punto es clave distinguir entre ser líder y ser directivo. Entre liderazgo y management. Aunque estas dos cualidades, competencias o maneras de ser pueden estar en la misma persona, diferenciarlas da mucha claridad en el énfasis de la formación y en lo que se espera de cada uno de ella.
Desde mi punto de vista el management tiene un enfoque de productividad, competitividad y eficiencia a través de herramientas de gestión como la inteligencia artificial, los datos y la automatización.
El liderazgo es influencia positiva en personas, donde su herramienta mas importante será el humanismo, representado en su propia calidad humana.
Después de esta diferencia, vale la pena repetir la pregunta ¿Para qué quieres ser líder?
¿PARA QUIEN eres líder?
Esta pregunta toca fibras profundas. Te invita a descubrir si eres líder de los que te asignaron o de los que te eligieron. Pone la atención en lo que genera relaciones de liderazgo.
Tener seguidores en base a la autoridad y la obediencia da muchos resultados, pero solo los exigidos. No despierta el deseo de contribuir y aportar.
Tener seguidores desde la libertad, fruto de la admiración, la inspiración, y las ganas de aprender y construir juntos, genera resultados superiores a los esperados. Admirar a un ser y desearlo como referente de calidad humana, fortalece para responder a cualquier reto que se presente y empodera para siempre ser superior a las circunstancias.
Lo que he descubierto es que siempre que una persona sigue a un líder, va detrás de un legado. ¿Cuál es el legado de tu liderazgo?
¿DESDE QUE SER eres líder?
Es en este momento surge una pregunta determinante en la reflexión que venimos haciendo. En un mundo en permanente transformación la transformación de la organización es un imperativo y esta solo se logra con la transformación humana. ¿Quién la debe inspirar desde la evidencia? Recuerda, lo que se ve suele tener un impacto más inmediato y poderoso que lo que se escucha.
El líder es el primero que debe preguntarse si su ser de líder responde a las necesidades de la realidad actual y manera consciente debe hacerse cargo de transformarlo.
No podemos pedirles o exigirles a los otros que hagan, lo que el líder no esté dispuesto a hacer. Esto se llama autoridad moral.
¿Qué cualidad humana debo cultivar para que mi liderazgo contribuya a una sociedad más humana?
Hoy más que nunca el sello del líder debe ser calidad humana y buen trato y el propósito para el día a día debe inspirarse en la pregunta ¿Cómo queda el otro después de pasar por mis manos? Y ¿Cómo quedo yo?
Hoy necesitamos líderes conscientes, que comprendan que vale la pena ser buen ser humano, no desde el ego, sino desde la conexión de ser a ser.
¡Hasta pronto!
MARTA OLGA