¿Alguna vez has sentido el placer de organizar un archivo personal? La satisfacción de botar lo que ya no sirve, la alegría de releer lo valioso y la tranquilidad de liberar espacio para lo nuevo. Hoy te invito a hacer lo mismo, pero con tu mente y tu ser. Ese es el gran objetivo de la transformación personal.
Si ya has comenzado a darte cuenta de que la transformación no es solo teoría, sino acción en la vida cotidiana, entonces sabes que se trata de un proceso de reflexionar, elegir y actuar para generar cambios reales. La transformación ocurre en cada momento presente. Siempre tienes la posibilidad de decidir quién quieres ser y cómo eliges reaccionar.
La información que define tu manera de ser está programada en tu inconsciente. Y cada vez que la usas—ya sea de forma automática o consciente—estás moldeando tu realidad, tus resultados y tu bienestar.
El mayor regalo que puedes hacerte a ti mismo es hacerte consciente de tu libertad interior. Tienes en tus manos la capacidad de elegir qué información usar para responderle a la vida, a las personas y a las circunstancias. No estás determinado por lo que ocurre afuera (porque sobre eso no tienes control), sino por lo que ocurre dentro de ti. Aunque fuiste programado por tus experiencias y referentes de infancia, no estás predestinado a vivir bajo esas reglas… a menos que tú lo aceptes. Y la pregunta clave es: ¿para qué lo aceptarías?
Tu información inconsciente está organizada en “archivos” internos:
• Creencias
• Condicionamientos (frenos o bloqueos)
• Patrones de pensamiento
• Maneras de interpretar y percibir
• Memorias emocionales
• Propósito y sentido de vida
La clave de la transformación es iluminar estos archivos y preguntarte: ¿Esta información me está limitando o me está fortaleciendo?
Ejemplo:
Si actúas o respondes desde la actitud de víctima, responderás a la vida con queja, culpa, excusas y justificaciones. Sentirás que el mundo está en tu contra y dependerás de los demás para salir adelante. Tu pensamiento será: “Así soy, así he sido, el mundo es injusto conmigo”.
Pero un día te preguntas: ¿Para qué sigo siendo así? ¿Qué gano con esto? ¿Podría haber otra manera de ser? Y descubres que, en lugar de victimizarte, puedes ser protagonista de tu propia vida, tomar responsabilidad y empezar a actuar para cambiar lo que no te gusta.
Cada vez que eliges y actúas desde este nuevo lugar, estás construyendo la persona que decides ser. Y así, lo que antes parecía imposible, se convierte en realidad.
Este proceso es un viaje de evolución: pasamos de la ingenuidad (falta de información), al ego (información prestada) y finalmente a la sabiduría (información elegida).
Alguien me enseñó una frase cuando inicié este camino:
“No pidas logros ni teneres, pide información para actuar y llegar a lo que deseas.”
LA PRÁCTICA
Cuando estés solo/a, haz una pausa y observa qué estás sintiendo, pensando y creyendo. Luego, pregúntate: ¿Habría otra posibilidad? Actúa desde ahí y transfórmate.
Te haces con lo que haces. Elige quién quieres ser.
¡Hasta pronto!
MARTAOLGA