En un conversatorio reflexivo que acostumbro a hacer en las empresas para cerrar los procesos de formación, en este caso, Liderar desde el Ser Consciente, el presidente de la empresa de manera muy honesta contó:
“Al principio del año me hice la pregunta ¿qué falta darles a los líderes para actualizar y fortalecer su liderazgo? Sentía que les habíamos dado de todo y me sentía frustrado e impotente, pues, aunque habíamos avanzado, no parecía ser suficiente ni a la velocidad que exigía la realidad en temas como adaptación, innovación, atractividad, seguridad, cuidado y salud emocional… Hoy, después de 10 meses de formación, me estoy dando cuenta de que lo que nos faltaba, como dice MartaOlga, era darle a cada uno, la responsabilidad de su propio SER, para que elija cómo gestionarlo de manera consciente, y no habitual y/o reactiva, midiendo el impacto y las consecuencias de su manera de ser, pensar, actuar y reaccionar en tiempo presente”.
De una manera abrupta y sorprendente nos está tocando entender el impacto y el aporte de la inteligencia artificial en la productividad, la eficiencia y la competitividad organizacional. A esa misma velocidad nos debemos exigir la respuesta a las preguntas: ¿cómo debe ser el líder que se va a parar frente a esa herramienta a darle equilibrio a la organización? ¿cómo se llega a él? ¿en qué debemos formarlo o cómo transformarlo?
Si la herramienta suplanta algunas de las actividades humanas, para facilitar la vida, ¿quién y con qué manera de ser va a inspirar a las personas para que desarrollen nuevas habilidades o cualidades humanas que las fortalezcan y les permitan continuar en su papel protagónico.
¿Qué falta darles a los líderes y también a los colaboradores? Es una pregunta que acostumbro a hacer a las personas responsables de Gestión de Personas.
La respuesta casi siempre es la misma: de verdad no sabemos. Les hemos dado formación en temas técnicos, de estrategia, gestión del cambio, actualidad y además en competencias blandas como trabajo en equipo, comunicación asertiva y efectiva, PNL, inteligencia emocional, construcción de relaciones, empatía, pensamiento crítico, resiliencia, solución de conflictos, gestión de nuevas generaciones, entornos diversos e inclusivos, proyecto de vida, etc. Lo hemos hecho con diferentes metodologías: capacitación formal, outdoor, indoor y actividades lúdicas. Y también, les hemos llevado testimonios de impacto. Y –enfatizan–, los resultados dejan mucho que desear.
Para aquellas personas que piensan que han formado en todo, y para aquellas que quieren dar la formación que el entorno y la realidad están exigiendo, les comento que toda la formación que hemos dado hasta ahora tiene como materia prima la información del exterior.
Llegó la hora de formar desde la información propia del ser humano. Llego la hora de entregarles la gestión de su propio ser, que significa hacer consciente lo inconsciente, para elegir y hacernos responsables de los resultados, el impacto y el propio sentir.
Cuando comenzamos a ser conscientes de nuestro propio ser, cuando asumimos sin justificación la responsabilidad sobre los resultados, podemos hacer las transformaciones necesarias para convertirnos en lo que elegimos ser. Es desde ese estado de conciencia que nos transformamos en personas referentes que inspiran desde la evidencia y no desde el sermón o la orden.
El presidente cierra su ejercicio de reflexión contándonos que lo más impactante del programa Liderar desde el Ser Consciente fue darse cuenta de que faltaba lo más importante para fortalecer a los líderes de la empresa: que él hiciera su propio trabajo de transformación para que todos transformaran su liderazgo, inspirados en la evidencia. “La evidencia es el único camino que nos da autoridad moral para exigir… Nos habíamos concentrado en formar competencias de liderazgo, para moldear una manera de hacer el trabajo, pero se nos había olvidado que la semilla de todos los actos humanos está en el propio Ser”… Y termina diciendo “y esto lo aplico también a mi rol de papá”.
Es fundamental comenzar a ser conscientes de que todo lo que sale de nosotros tiene su origen en un formato o programa que se encuentra almacenado en el inconsciente. Fuimos programados, pero no predeterminados. Siempre está en nuestras manos la posibilidad de transformarlo. O como lo expresó nuestro protagonista de este blog, “si se transforma el entorno, las personas deben transformarse para transformar las organizaciones”.
Este proceso no da espera, es personal e intransferible.
¡Hasta pronto!
MARTAOLGA