Detente un momento y pregúntate: ¿cuántas veces el miedo ha frenado tus pasos? ¿Cuántas oportunidades has dejado pasar por esperar a sentirte listo, seguro o sin temor?

El regalo más grande que te dio la vida es tu capacidad de elegir tus acciones y tus reacciones. La acción es la materia prima de tu realidad, de tu sentir, de tu identidad y de tu destino. Puedes saber mucho, pero los resultados se construyen con actos, no con conocimientos.

La realidad se construye con acciones, el miedo se supera con acciones, el amor se expresa con acciones, los padres y los líderes educan con acciones y la resiliencia es ante todo actuar a pesar de las emociones perturbadoras. Tus actos construyen tu propio Ser.  Te haces con lo que haces. 

El miedo es un freno mental, una pared invisible que te encuentras en el camino y te impide llegar a lo que quieres lograr y Ser. Esa barrera solo se traspasa o derrumba con la acción. Todo lo que anhelas está al otro lado del miedo.

El miedo crece cuando se alimenta con el pensamiento, pero desaparece cuando se acompaña de la acción.  La inacción refuerza la duda mientras cada pequeño paso, fortalecer tu confianza. La seguridad personal no es algo con lo que se nace, es algo que se construye con cada acción.

Para vencer el miedo no esperes a que desaparezca la emoción negativa que paraliza, pregúntate ¿Qué acción puedo poner al lado de esta emoción para avanzar? El miedo no se vence negando la emoción, el miedo se vence reconociéndolo y eligiendo con determinación no responder al mandato que te incapacita. Cuando decides actuar a pesar del miedo, lo superas: esa es la verdadera victoria.

Ejemplos:

  • Tienes miedo de pasar la calle, perfecto. ¿Cómo pasa la calle una persona que siente miedo? 
  • Tienes miedo de que en una exposición oral te digan que no sabes, se burlen, te hagan una pregunta que te corchen… perfecto. ¿Cómo te preparas para responder cuando eso suceda?  Visualízate respondiendo, a pesar del miedo, y si es necesario ensaya con un conocido.  Siempre hay una acción posible.

La vida premia la acción e ignora el pedir que venga acompañado de la inacción. No basta planear o reflexionar para querer cambiar una realidad, el cambio real solo ocurre cuando pasamos a la acción.  Saber qué hacer es importante, pero decidir hacerlo es aún más. Esa acción nueva surge de tu potencial interior.

LA PRÁCTICA:

Piensa en algo que te esté generando miedo. Quizás el temor a una burla, al rechazo, a que las cosas no salgan bien.

Te invito a responder estas tres preguntas:

¿Miedo a qué? Nómbralo. Defínelo. Date cuenta si la respuesta es un genérico o una frase.  Hazte la pregunta varias veces.

¿Siempre que actúas sucede eso? ¿O hay veces que no?

Si este miedo lo tuviera un ser querido (hijo, amiga, hermana) ¿qué le aconsejarías?

Date cuenta de algo poderoso: el miedo nace de tu programación inconsciente, pero tus respuestas y consejos surgen de tu potencial para crear una nueva realidad. ¿Desde dónde vas a elegir actuar hoy?

¡Hasta pronto!

MARTA OLGA

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